Las vacaciones de verano suelen ser un periodo de reflexión empresarial, donde se incuban nuevos proyectos y da tiempo para pensar en introducir mejoras en nuestros negocios de cara al último trimestre del año o para lanzarse a la aventura del emprendimiento. No en vano, durante septiembre de 2016 se crearon casi 7.000 nuevas empresas según datos del INE, una cuarta de parte de ellas dedicadas a actividades de comercio al por mayor y al menor.
Aunque no es el mes del año en el que más empresas se crean, si que es un periodo destacado para emprender, ya que «además de venir descansados tras las vacaciones, es un mes en el que suelen entrar en marcha nuevas medidas económicas y ayudas, hay bastante rotación laboral en las empresas que permite captar talento y prácticamente supone el inicio de la cuenta atrás para la campaña navideña».
En 2016 se crearon más de 100.000 nuevas empresas en España, pero también se disolvieron 11.300 compañías en el mismo periodo, según el INE, siendo diciembre y enero los meses en los que más empresas se liquidan.
1. Negocio o producto probado
No es suficiente tener expectativas de negocio y un plan de empresa que lo tenga todo amarrado y que incluso es válido para captar nueva financiación. Es muy importante tener muy claro el producto que se pretende distribuir, el negocio innovador que se pretende conseguir o el servicio diferencial que se pretende dar.
2. Conocer la competencia y el mercado
No es suficiente con buscar por internet a ver lo que hay. Hay que invertir en conocer la competencia, el mercado, los precios, ya que puedes tener un producto muy bueno o dar un servicio excelente pero nadie solicitarlo o comprarlo, por tanto antes de acometer cualquier emprendimiento sitúate en que sector o mercado te vas a mover.
3. Cuidar tu marca online y offline
Es importante registrar la marca, los dominios y no solo a nivel nacional, ya que hoy en día donde cada vez es más necesario acudir al exterior, por lo que conviene al menos estudiar o analizar la conveniencia o no de su registro y en qué países. En ese sentido es importante que planifiques tu actividad en redes sociales y escojas los canales de proyección y venta adecuados.
4. Pacto entre socios
Para emprender en compañía es fundamental firmar un pacto de socios y establecer las reglas de funcionamiento separando muy bien el papel de accionista o socio y a su vez el de trabajador. A veces se entremezclan y pueden surgir problemas, por ello es crítico firmar un pacto de socios donde se regulen aspectos como la retribución, mayorías reforzadas, separación de socios, compromiso de distribución de dividendos, permanencia en la empresa, competencia desleal… El pacto de socios ayuda a prevenir situaciones complejas y posibilitar soluciones antes de que haya que buscarlas bajo una situación de enfrentamiento.
5. Selección de empleados
Aunque no vayan a tener peso societario, es importante elegir bien a los trabajadores, a las personas con las que se va a compartir proyecto, ilusión y buenos y malos momentos. Con ellos hay que apoyarse, crear, trabajar y esforzarae, exigiéndoles pero también comprendiéndoles, aunque muchas veces no sea recíproco.
6. Financiación
Es desaconsejable emprender un negocio si no se cuenta con una financiación que al menos asegure un tiempo suficiente para ver si el negocio o la empresa es viable y en ese sentido ir acometiendo los gastos que sean necesarios. No conviene empezar la casa por el tejado ni de inicio salir con un Ferrari, la empresa poco a poco irá pidiendo y si el negocio funciona o tiene recursos para ello se irá dotando de los medios necesarios.
7. Externalizar servicios
Abarcar todo es imposible. Así que hay que pensar en externalizar todos los gastos posibles y cuantos menos costes fijos haya al inicio mejor. Solo hay que contar con la estructura necesaria. Para externalizar hay que asegurarse de escoger a una persona de confianza y que aporte valor. Hay que diferenciar qué gastos se pueden escatimar, y en qué cuestiones merece la pena invertir y pagar si da valor y revierte en que la empresa salga adelante.
8. Separar las amistades
No hay que guiarse por las amistades, ni emprender un negocio con un amigo por la confianza que se tenga en él. Hay que basarse en otros elementos para justificar su entrada en la empresa.
9. Establecer roles
Uno de los momentos más difíciles a la hora de emprender es saber dar un paso atrás y dejar a los demás que hagan aquello en lo que son mejores que uno mismo. Siendo un proyecto propio resulta difícil no estar encima en todos los pasos, pero hay que aprender a establecer roles y actuar como un líder.
10. No temer la soledad del emprendedor
Para emprender hay que convivir con la enfermedad de la soledad, aquella a la que hay que enfrentarse diariamente cuando se toman decisiones. Una enfermedad que conlleva siempre asumir obligaciones, compromisos, sacrificios y responsabilidades y en la que cuando uno se equivoca, o cuando se equivocan otros, los platos rotos siempre los paga el mismo.